El Conservatorio Invitado por la Asamblea
A participar en el proceso de construcción de la nueva Ley Orgánica de Educación General y la Ley Orgánica de Culturas, fue convocado Raúl Escobar Guevara, actual director ejecutivo del Conservatorio Nacional de Música. La exposición se llevó a cabo el miércoles 27 de enero desde las 09:00 horas.
A continuación lea usted el contenido de la propuesta que fue escuchada por los asambleístas de las comisiones.
MTRO. CARLOS BONILLA CHÁVEZ
Nació en Quito el 21 de marzo de 1923. Guitarrista, compositor y contrabajista. Estudió en el Conservatorio Nacional de Música de Quito, se graduó en el instrumento de su especialidad – el contrabajo – en 1950. Aprendió como autodidacto la técnica de la guitarra, adquiriendo un estilo particular. En 1952 fue profesor de guitarra y fundó la cátedra de este instrumento en el Conservatorio Nacional de Quito, siendo su primer director y profesor. En esa misma institución musical, por muchos años, enseñó contrabajo. Desde que se fundó la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador en 1956, ocupó el primer atril de los contrabajos, hasta cuando se retiró en 1985. En Ecuador, ha dado innumerables conciertos de guitarra, como solista o acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional, la cual ha estrenado varias de sus obras.
Fue director del Coro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de (1963-1968). Con esta agrupación coral participó en varios festivales internacionales, en Chile, Perú y Estados Unidos de América. Fue director fundador, de los coros del Centro Ecuatoriano Norteamericano (CENA) y de la Universidad Católica de Quito. Ha grabado varios discos con algunas de las agrupaciones corales mencionadas y con otros destacados músicos nacionales. Entre sus obras mencionamos 1000 años de música (poema sinfónico); Raíces, para guitarra y orquesta; Rumiñahui; Chasqui; Suite andina; Eco andino; Acuarela indígena; Atahualpa (yumbo); Tambores shyris; Ponchito al hombro; Indiecito otavaleño; Elegía y Danza y, Preludio y Yumbo, estas dos últimas obras musicales editadas en París por la Casa Max Eschig; Minisuite popular, estrenada en 1988 por la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador. Bonilla tiene además varias otras composiciones para orquesta de cámara, cuartetos y guitarra clásica. En el género popular, son muy conocidos los pasillos: Beatriz; Subyugante; Cantares del alma; Idílica; Pasillo No. 2; Nocturno; y, Solo tú.
En Bonilla ha confluido lo popular y lo académico dentro de tendencias nacionalistas; su ejecución como guitarrista está registrada en algunos discos de acetato y su labor como profesor ha dejado una estela importante de discípulos. Fue arreglista de la Orquesta Sinfónica Nacional; ha sido director artístico y ha hecho instrumentaciones para las empresas fonográficas Caife, RCA, Granja, Onix. Para Discos Granja realizó arreglos de música ecuatoriana para el ²Quinteto Sinfónico². También, es autor del texto Método para guitarra. En el año 2000 recibió una condecoración del Congreso Nacional por su actividad en beneficio de la música del país. Sus hijos René, Alejandro y Larry Bonilla siguieron sus pasos en el quehacer musical.
Tomado de la Enciclopedia de la Música Ecuatoriana, Tomo I, CONMUSICA.
EL PRIMER AMOR DE CHOPIN
Con oportunidad del 39º Aniversario del Conservatorio, se editó el primer número de la Revista Pentagrama -publicada hace 71 años- en cuyo sumario encontramos un texto sobre la vida del compositor polaco que hace referencia a su «primer amor». Aporte literario que le pertenece a Eneida Pazmiño Baquero (+), ex maestra del Conservatorio.
El texto dice así:
«Federico Francisco conoce a una niña que le lleva tres años de edad. Ella es Catalina Lits; hermosa, de una hermosura extraña, dueña de unos ojos azules y grandes que son los imanes hacia los que va el corazón del joven músico.
La voz de la mareante Catalina embriagaba los sentidos de Federico Francisco, sus palabras le tiene prisionero; lo que ella dice es una orden para Chopin; si ella está triste, el músico se entristece más que ella; si ella ríe, el autor de los «Nocturnos» goza al ver alegre a quien es en su existencia, el porqué, el motivo de su vida. Quizá el ama más a Catalina que ésta en él.
Federico Francisco se está dando cuenta de ello, pero no quiere que ella sepa, y va disimulando ese medio querer de su amada, carcomiéndose en sus silencioso dolor. Y, como no puede confesarle a nadie lo que en su existencia se revuelve, toma el lápiz, piensa en sus ojos que alumbraron sus pensamientos, sonríe con la esperanza de que el tibio amor de Catalina se convierta, con el tiempo, en un amor hermano del suyo, y deja en el pentagrama notas y más notas, palabras musicales que luego el piano dirá con voz melodiosa y triste. Pasan 14 meses y el corazón de Catalina cambia de dirección como las veletas y es entonces cuando el gran músico ve que la mujer cuyos ojos fueron los inspiradores de sus mejores páginas, se aleja del brazo de otro joven de posición elevada. Chopin se confiesa con el propio príncipe Radziwill, y éste aconseja a su protegido que olvide a la que le ha hecho más mal que bien en el breve paso por su existencia. Y Federico Francisco vuelve al estudio que por culpa de esa pasión había descuidado; perfecciona más su arte y comienza a producir parte de lo mejor que produjera, para dejar grabado definitivamente, en la memoria de todos, su nombre.»
DON LUCHITO SE VA DEL CONSERVATORIO
Luis Verdugo Rojas, luthier y restaurador de pianos, gestor del Taller de Construcción de Pianos del Conservatorio Nacional de Música se va de la institución, luego de 24 años de servicio. El pasado 22 de diciembre presentó su renuncia para acogerse al derecho de jubilación.
Laboró en el Conservatorio desde el 1º de enero de 1976, convocado por el director de ese entonces, el maestro Luis Humberto Salgado. “… tiempo durante el cual he servido a la Institución con total entrega y responsabilidad, pudiendo plasmar en una hermosa realidad la construcción de los primeros pianos ecuatorianos…” manifiesta en su carta de renuncia.
La institución prepara un concierto de despedida en honor al reconocido constructor de pianos.
Quito, 7 de enero de 2009.
A continuación trascribimos dos notas publicadas por Cecilia González V. en la Revista Conservatorio No. 2 de febrero de 1991, sobre la vida del afinador de pianos nacido en Cuenca.
El Taller de Pianos, esperanza para la industria musical del Ecuador.
¿Que no es posible?… Por supuesto que sí!…
Don Luis Verdugo Rojas sabe construir pianos. Realmente es un hecho singular en el país. El afinador de pianos del Conservatorio Nacional de Música, don Luchito Verdugo Rojas, ha sido capaz de construir un piano del que “lo único que servía era la placa de hierro que resistió a la dentadura del comején que no pudo devorarla como devoró la madera”.
Uno de sus clientes, el Ab. Luis Vélez, había confiado a don Luis, la reparación de un vetusto instrumento que fue importado a fines del siglo pasado a la provincia de Manabí, donde el clima y el comején lo dejaron sin sonido. No había qué reparar…había que volverlo a construir…El desafío le era atractivo y aceptó el reto. Y con sus manos y con nuestras maderas, un día el piano volvió a sonar.
La tarea no fue fácil, tuvo que estudiar, investigar, observar y buscar las maderas precisas para sustituir al abeto y la haya con las que generalmente se construyen los pianos europeos y que por sus características de elasticidad y resistencia, son capaces de soportar tremendas tensiones a que están sometidas por la intensidad del sonido. Estos sustitutos, Verdugo los encontró en el eucalipto y la caoba, pero principalmente en el primero, con el que fabricó la estructura básica del piano, que en este caso particular soporta una tensión de alrededor de 22 toneladas. En la caja de resonancia, supliendo la necesidad del abeto (especie de pino con hebras rectas y estrechas que tienen hasta 12 hilos por cada pulgada lineal), el hábil artesano utilizó simplemente madera de cajones de las mercaderías que nos llegan del exterior, cuidando de escoger pedacitos que no tenían nudos. Esta madera debía soportar presiones de 160 libras por cada hilo y en los registros del bajo hasta de 300 libras.
En la parte inferior del piano, puso un encostillado como soporte del tablero principal, que forma el diafragma del instrumento y que vibra a manera de un amplificador. En las partes ornamentales empleó la caoba y los elementos adicionales: clavijas y cuerdas, los importó de Alemania. Todo este conjunto de materiales e implementos, técnica y artísticamente tratados, ha dado como resultado un hermoso piano cuyo sonido no le pide favor al mejor instrumento importado de Europa.
¿Quién es don Luis Verdugo Rojas?
Nació en 1931, en Cuenca. Su padre, don Daniel Verdugo Álvarez, fue un famoso constructor de armonios, instructor de bandas y fagotista de la Orquesta Sinfónica de Cuenca.
“Mi padre me formó en la música desde muy pequeño-nos cuenta-. A la edad de 8 años era habilísimo clarinetista; pero después de la segunda guerra mundial me transformé en músico profesional, como saxofonista de jazz. También tocaba acordeón, pero de piano… nada. Este instrumento me interesaba más bien como complemento de mi profesión, porque en la casa construíamos armonios y hacíamos mecánica de pianos. Yo afinaba estos instrumentos desde la edad de 10 años, en el taller de mi padre”.
Cuando vinimos a Quito quise aprender piano en el Conservatorio Nacional de Música, pero me rechazaron “por muy viejo”, dice; entonces, no queriendo alejarme de este bello instrumento, decidí dedicarme a restaurar su salud y en eso he estado hasta ahora. “Soy la obra maestra de mi padre”, dice con la garganta anudada y los ojos húmedos por la emoción y el recuerdo,… él me dio la vida y me dejó de herencia todo el tesoro de su experiencia. En honor a su memoria, los primeros pianos verticales serán bautizados con su nombre… descubre una de las estructuras metálicas y vemos grabado: DANIEL VERDUGO ÁLVAREZ e HIJOS.
La música pone al descubierto las fibras del corazón humano.
Pedro Pablo Traversari
CONSERVATORIO NO RECIBIRÁ NUEVOS ALUMNOS
El Consejo Académico, con Resolución No.348 de octubre de 2009, resolvió que para el semestre marzo-julio 2010, NO HABRÁ ADMISIONES para los niveles: PROPEDÉUTICO, INICIAL, TÉCNICO Y TECNOLÓGICO. Debido a la sobrepoblación estudiantil y a la falta de personal docente, lo que impide cumplir a cabalidad con el mandato constitucional de calidad y calidez en la educación.
Así lo dispusieron Raúl Escobar Guevara y Willams Panchi Culqui, directores ejecutivo y académico respectivamente.
Quito, 4 de enero de 2010
Conservatorio Superior Nacional de Música 
